
El oscuro mundo de las oposiciones

La senda que nunca se ha de volver a pisar

Si tú estuvieras en venta

Precisamente ESE tipo de persona

Lo siento babys

La noche que me perdí en el desierto

Imperfecciones veraniegas

El hilo rojo de los cojones
Hay una leyenda que dice que, desde que nacemos, todos tenemos atado al dedo un hilo rojo que nos une a nuestra alma gemela. Por lo visto el hilito este es super resistente, y por mucho que se enrede o por mucho tiempo que pase no se rompe nunca. Es una historia monísima pero espero que no sea cierta, porque conociéndote como te conozco, tú eres capaz de cortarte el dedo, echarte a correr muy lejos y dejarme a mí paseando a un meñique sangrante como si fuera un perro con tal de no aceptar la realidad.
A ti te va eso. Te va el rollo de evadir lo que te da miedo. De elegir caminos fáciles. Y no te culpo. Cabrón. Todo el mundo lo hace. Pero yo ya he pasado demasiado tiempo esperando en vano y he decidido marcharme por dos sencillas razones:
1. Porque empiezo a correr el riesgo de dañar mi amor propio
2. Porque no me gusta la idea de ser una mujer imbécil que espera por un hombre indeciso mientras camina acompañada de un dedo putrefacto.
Me quedaré con las risas que nos echamos juntos, con nuestras conversaciones banales y con los sueños eróticos increíblemente realistas que tuve contigo. Incluso se me seguirá dibujando una sonrisa cada vez que escuche tu nombre, o el de tu perro y tal vez hasta se me pare el corazón cuando vea tu coche en el aparcamiento de Mercadona. Pero todo eso pasará con el tiempo.
Y entonces un día volveré a enamorarme, y no será de ti.
Y, conociéndote como te conozco, sé que tú te enterarás, te coserás el dedo nuevamente y vendrás en mi busca, pero a mí me dará grima porque seguro que olerá mal y nuestro amor será imposible.
Y entonces mi futuro novio se dará cuenta de que su dedo no está unido al mío, sino al de Kate Moss y se marchará para siempre. Yo me quedaré sola y envejeceré en un séptimo sin ascensor, todos mis vecinos se darán cuenta de que tengo problemas de incontinencia urinaria y yo me veré obligada a asesinarlos.
Así que, cariño, si después de leer todo esto continuas pensando que cortarte el meñique y dejarme marchar es la mejor opción, amárralo a un bolso negro de cachemir.
Si tengo que arrastrar tu falange inerte por el mundo... que sea con glamour.
...Hasta que me hizo caso.

¿Has visto al nuevo camarero? trabaja aquí desde ayer.
Míralo, llueve a cántaros desde esta mañana y él sigue sonriendo. Hace cinco minutos se dio cuenta de que el baño tiene una gotera horrible y sigue sonriendo. La vieja de delante le tiró el café encima hace unos segundos y sigue sonriendo. Seguro que si voy y le doy un guantazo sonríe también. El blanqueamiento dental tuvo que salirle caro, porque el señorito no cierra la boca ni por Dios.
¡Pero mira! se pasea por el bar como si fuese importante, se le va a partir el cuello de tener la cabeza tan alta. Seguro que no gana ni el salario mínimo, y... ¿sabes qué te digo? que a saber si está dado de alta, que hoy la cosa está muy mal, y este no tiene pinta de tener experiencia.
Algo le pasó al antiguo camarero, aunque no sé exactamente el qué. La maruja de mi vecina intentó explicármelo ayer por la mañana, pero como no tenía la dentadura puesta no entendí nada. Después de la historia incomprensible que me contó, a mí me dio por responderle "¡qué lástima!" (por eso de que hay que darle un feedback a la gente cuando habla... y porque yo no tenía tiempo de quedarme a que me lo repitiera) Y ¿sabes qué hizo ella? asintió, así que es algo malo, seguro.
La verdad es que tenía una tos rara la última vez que lo vi. A saber si sigue vivo el pobrecito. A saber si con la tos los gérmenes llegaron a mi vaso. A saber si estoy infectada yo también. Esta noche me bebo un vino, no vaya a ser que mañana ya no esté en este mundo.
Míralo ahí, con ese brillo en los ojos, como si soñase despierto. Parece ser el típico tío que planea recorrer el mundo en caravana, y me apuesto lo que sea a que nunca ha salido de la isla. Este no tiene ni coche, ni carnet de conducir, te lo digo yo. Ni siquiera tiene pinta de hablar inglés, y hoy sin inglés no se va a ninguna parte, my friend. You should speak english. If you wanna be my lover. Backstreet's back, alright. Give me baby one more time. Ay, que se me va la cabeza.
¡Mierda, mierda! ¡Me está mirando! voy a hacer como que me bebo el café...
Bueno, la verdad es que viéndolo de cerca tampoco está tan mal.
Mañana me pinto los labios de rojo.

La próxima vez le haré más caso a mi psicóloga
Te envío este mensaje por lo que pasó ayer. Te prometo que me alegré muchísimo de verte, y siento no haberlo demostrado como debería, pero es que no me esperaba verte allí, y menos con barba, Pedro, que eso se avisa, coño.
Supongo que ya te habrás dado cuenta de que mi fluidez verbal se ve alterada si tú estás a menos de cinco metros de distancia. Creo que puedo afirmar que tu testosterona reduce mi capacidad cerebral, aunque no me consta que Columbia haya hecho (aún) ningún estudio al respecto.
-¿En serio le vas a poner eso?
-Mi psicóloga me dijo que debía decir siempre lo que sentía
-Tía, no creo que se refiera a casos como este
Esta gilipollez que me invade en tu presencia no me deja ser yo misma. Te veo y me siento insignificante. No tengo ni idea de qué conversación sacarte y me pongo nerviosa. Cuando me preguntaste que qué había hecho en todo este tiempo y yo te dije que comprarme un contorno de ojos, en realidad quería hablarte de todos los viajes que hice y de la gente a la que conocí.
-¿Le dijiste que te habías comprado un contorno?
- Y que me había costado 25€
- Lo tuyo es grave, amiga
Me cohíbes, tío, y no estoy orgullosa de eso. Me es imposible parecer inteligente a tu lado. Cruzarme contigo es vivir un momento de tensión poco agradable. Y tú siempre apareces para recordarme lo impresionante que eres. Vete a vivir a otro puto país, joder
- Dudo que todo lo que me has leído quepa en un whatsapp
- Déjame terminar
No te asustes, sé muy bien que no estás interesado en disfrutar de mi compañía el resto de tu vida. El destino ya se ha encargado de gritarme varias veces (y muy claramente) que no eres para mí.
- La que te va a gritar es la novia cuando se entere...
Quizás no tendría que haberte enviado este mensaje, quizás te resulte ofensivo, fuera de lugar, inmaduro y también algo incómodo, pero yo hoy me siento dueña de mis actos, y no quería que pasara ni un día más sin confesarte, de la forma más refinada posible, que necesito echar un polvo contigo para poder continuar con mi vida.
Quizás no tendría que haberte enviado este mensaje, quizás te resulte ofensivo, fuera de lugar, inmaduro y también algo incómodo, pero yo hoy me siento dueña de mis actos, y no quería que pasara ni un día más sin confesarte, de la forma más refinada posible, que necesito echar un polvo contigo para poder continuar con mi vida.
-Dime, por Dios, que todavía no se lo has enviado
-No, ¿se lo mando?
-¿En serio me lo estás preguntando?
/borrar/
-Y qué te parece si le escribo: me alegro de haberte visto, espero que todo te siga yendo igual de bien
- Demasiado cordial
- Pues no le envío nada, que le den.

Suscribirse a:
Entradas (Atom)