Mis tres primeros meses como madre primeriza



Hay cosas más difíciles que sacar plaza en una oposición: poner a un bebé en la cuna sin que se dé cuenta.

Cuando pares, no sólo tienes un bebé, sino que además tienes una barriga que parece que lleva un bebé, pero no lo lleva. Además, unos días después ocurre la llamada "subida" de la leche (hasta ese momento das calostro) y se te quedan unas tetas impresionantes que parece que te hiciste una mamoplastia híbrida con Internal Bra. Yo me miraba al espejo y pensaba: Qué buena estaría si tuviera la barriga plana y otra cara.

La Churumbela se portó muy bien al principio. Por la mañana se pasaba varias horas durmiendo, y a pesar de que por la noche su pequeño estómago se transformaba en un bidón de 39 litros y quería comer cada hora, nos hizo los primeros días muy fáciles.

Yo estaba contenta de haber tenido una hija que era una muñeca reborn con el culo de Naty Peluso. La maternidad me pareció, de repente, algo sencillo.

La primera vez que me di cuenta de que mi niña tenía de muñeca de silicona lo que yo de monja de clausura, fue cuando llegó a mi vida LA PRIMERA CRISIS DE LACTANCIA.

La leche del pecho se regula gracias a la succión de los bebés, mientras más chupan, más leche produce la madre. Pues resulta que los bebés vienen medio programados ya, que parece que no saben nada pero saben más que tres, y hay momentos en su desarrollo en los que necesitan que tú aumentes tu producción de leche. Lo que se traduce en: 

Era una noche cualquiera (o eso parecía) y mi hija me pidió teta. Comió y cuando acabó, su padre la cogió, ella lloró y volvió a pedir teta, así que le volví a dar. Cuando terminó su padre la cogió y volvió a llorar pidiendo más teta. Este bucle se repitió durante HORAS esa madrugada. La niña no paraba de echar buches, y por mucho que le nosotros le repitiéramos:

EL BIDÓN DE 39 LITROS QUE TIENES COMO ESTÓMAGO ESTÁ A FULL, CARIÑO.

Ella nos contestaba:

O ME DAS TETA O GRITO HASTA QUE VENGA SERVICIOS SOCIALES

Así que se la daba.
La niña logró su cometido, al día siguiente me levanté siendo Pamela Anderson.  

De todas formas, debo decir que la lactancia me ha ido bastante bien, aunque está claro que estar unida a un bebé las 24 horas tiene sus consecuencias. Es complicado explicarle a mi hija que al otro lado de la teta hay una persona que necesita hacer cosas como vivir o arreglarse los pies, que con mis talones se puede lijar un mueble. Me paso la vida con una coleta mal hecha, con un aroma Au de Toilette Regurgitación, y con poco tiempo, muy poco tiempo para hacer las tareas del hogar que se esperan de una persona adulta autosuficiente.

A veces, mientras ella come y veo cómo se le cierran los ojos, fantaseo con lo que voy a hacer cuando se duerma: poner el lavavajillas, una lavadora, tirarme en el sillón cual morsa moribunda... pero entonces ella abre los ojos como platos y dice:

¡TE LO CREÍSTE!
y no me hace un corte de manga porque no tiene motricidad fina.

Podría alcanzar algo de libertad introduciendo el biberón, pero la susodicha NO LO QUIERE. Le da igual que sea mi leche, a ella la tetina le da asco, y a ver, entiendo que mis pechos son un manjar de los dioses, pero tampoco es para tanto, cariño, que estamos en el siglo veintiuno y TODOS LOS NIÑOS TOMAN BIBERÓN.

Otro de los dramas al que nos enfrentamos fue a los temidos CÓLICOS DEL LACTANTE. Que es, básicamente, un dolor de barriga sin tratamiento, que hace que los bebés se desgañiten llorando y que los padres necesiten intervención psiquiátrica. Una de las costumbres que adquirió mi hija en esa época fue llorar desde las 8 de la tarde hasta las 2 de la mañana. TODOS LOS DÍAS DURANTE UN MES.

A las 2 y diez estaba durmiendo.

Pero el sueño de la Churumbela es caprichoso. Ella puede dormir con música, pero se despierta si:

Mamá se sienta a comer.
Mamá se tiene que duchar.
Mamá tiene que ir al baño a hacer el número 2.
Mamá abre una cerveza.
Papá se va y deja a la niña sola con mamá.

Lo de dormir toda la noche ya es una fantasía, yo antes de acostarla le susurro que puede descansar hasta las 6 sin problema, que desde que se despierte yo le tendré preparada la teta y que me mojo el pezón en Colacao si hace falta. Ella me contesta con vocalizaciones que se traducen en:

¿TÚ FLIPAS O QUÉ?

Y te digo una cosa

NO TE HE PARIDO YO PARA QUE ME HABLES ASÍ.

En cuanto a la pareja, es evidente que la cosa cambia, principalmente diría que cuando tienes descendencia aprendes que las palabras más bonitas que puedes escuchar no son: TE AMO, sino:

Yo me quedo un rato con la niña, VETE A DORMIR.




Churumbela, eres absolutamente maravillosa.
Estoy aprovechando para darte todos los besos que me negarás con 15 años.

Gracias por estar aquí.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total