Las primeras citas


Sabes cuando estás en un lugar público, ves a un chico guapo y, durante varios minutos, el chico te corresponde con la mirada? 
Sí, hablo de esas ocasiones en las que parece que vives una historia de amor minúscula y sin sentido pero que te sube la moral para el resto del día. Y sabes cuando, la conexión es tan grande que, ese chico acaba por acercarse y te pide el número de teléfono??

Vale, yo tampoco sé lo que es eso... pero supongo que a alguien le pasará... no?

Por mi parte, cuando tengo la suerte de toparme con una obra maestra traducida en un atractivo varón, me quedo observando, casi paralizada, el maravilloso ejemplar que tengo delante, porque para eso está el arte, PARA MIRARLO. Al mismo tiempo, mientras mis ojos se deleitan con tal belleza, me vienen a la cabeza poesías románticas:


¿Qué es poesía? Dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul;

¿Qué es poesía...? ¿Y tú me lo preguntas?

¡Poesía... eres tú!

Y me imagino vestida de princesa, susurrándole al oído estos versos, con el pelo largo y un collar de perlas en el cuello...
Bueno, a quién quiero mentir, la verdad es que, si alguna poesía me viniera de verdad a la cabeza, sería más bien algo como:

Cuando tu me miras de reojo, yo disimulo
Quiero que te des la vuelta para mirarte el culo

En cambio, cuando un chico en posesión de un gran atractivo me sostiene la mirada, seguro que piensa cosas del tipo: oh vaya, esa chica se parece a mi tía abuela Paquita, la del bigote espeso, la verruga en la frente y las gafas de tres centímetros de grosor. Paquita... que gran persona, sobre todo porque tuvo los cojones suficientes como para dejarse crecer el pelo y pedirnos a todos que empezáramos a la tratarla como la mujer que en realidad era,  ya casi hemos olvidado que hace unos años se llamaba Francisco.

De todas formas, hoy quiero hablar de las primeras citas, así que vamos a imaginar que ese chico que nos miró, se nos acercó, y nos pidió el teléfono.

Las primeras citas son... complicadas, para qué nos vamos a engañar, sobre todo si no conoces muy bien al chico con el que vas a quedar. 
Vacías el ropero varias veces, no sabes si debes ir en plan casual o elegante, si llevar tacones o planos, si maquillarte bien o ir simplemente con un poco de rimel y un brillo de labios. Yo lo único que hago con total convicción cuando quedo con alguien por primera vez es, sin duda, descartar el sujetador de relleno, no quiero ir por ahí creando falsas expectativas.
Y lo fácil que lo tienen los hombres, que con un jean, una camiseta y tres gotas de perfume ya tienen el cielo ganado. Malditos todos.

Una cosa está clara, si tienes flequillo hay un 90% de posibilidades de que ese día lo tengas rebelde. Da igual cuantas veces te pases la plancha, tu flequillo se empeñará en tener, precisamente esa noche, una forma rara. O puede que te ocurra con el pelo en general, ayer lo tenías precioso pero hoy... o parece que te lamió una vaca o pareces Mufasa después de correr libremente por la sabana. Y si, a último remedio, decides alisarlo, caerá el diluvio universal.

A pesar de todo, como empezaste a prepararte dos horas antes, arreglas esos pequeños problemas como puedes. Preparas el bolso, el abrigo y antes de salir de tu casa te preguntas que qué coño estás haciendo. Empiezas a pensar que en realidad tú no quieres ir, y no es porque el chico no te interese, sino porque el estrés te puede. Pero tú eres una mujer valiente, y aunque tienes el pelo electrificado, el rimel un poco corrido, y la mitad de perfume que te echaste está en tu ojo, tú vas a ir. 

Por supuesto que vas. Y por el camino te planteas cosas como: 

1. Es gay y sólo quiere ser mi amigo.
2. Le gusta una de mis amigas y quiere pedirme consejo.
3. Es un hombre normal, simplemente busca una amistad normal con una mujer y yo soy una depravada imaginándomelo desnudo.
4. Sólo quiere meter el churro en una vagina más y, a ser posible, sin preservativo.
5. Es un psicópata, quiere matarme, descuartizarme y esconderme en una caja de zapatos. Nadie descubrirá mi cuerpo hasta pasados unos meses, cuando sus vecinos se quejen del mal olor o de extraños fenómenos paranormales.

También es muy probable que recibas algún whatsap de alguna amiga diciendo: TÍRATELO.

Cuando llegas, lo primero que él te dice es que eres muy guapa, tú te limitas a sonreír y a pensar que se lo dice a todas. Una sabe que tiene belleza natural cuando le sacan una foto de imprevisto y sale bien, o cuando sale del gimnasio sudada y sigue guapa. Sin embargo, una sabe que no es así cuando tiene que sacarse 35 fotos para subir una al facebook (y aun así no la subes muy convencida). Pero bueno, si alguien quiere mentirnos con dulzura, bienvenido sea.

Una vez estando ya metida en el ajo, la cita se desarrolla. A veces mejor, a veces peor. Supongo que todo depende de la conexión que puedas alcanzar con el bello mozo. En varias ocasiones vas al baño para comprobar que ningún moco curioso asoma por tu nariz y que ninguna lechuga ha querido instalarse entre tus dientes.

Y como la historia la escribo yo, voy a decirte que la cosa fue bien. La conexión fue buena, ningún trozo de comida invadió tu sonrisa y no paraste de reír.
Y entonces te besó. Sí, te besó él.
Pobres hombres... siempre tienen la típica presión de dar el primer paso... pero que se jodan, ellos ni tienen la regla, ni se ponen tacones, algo malo les tenía que tocar.

El beso te gustó tanto que no supiste si lanzarte a su cuello o salir corriendo. Salir corriendo resultaba bastante tentador... pero como la que escribo soy yo, te diré que TE LANZASTE A SU CUELLO CUAL VAMPIRESA HAMBRIENTA, GGRRRR

Y bueno una cosa llevó a la otra y blablablá.
Y después del blablablá, que ya puedes intuir que es de todo menos hablar, lo miraste y le dijiste:

-Vaya, te juro que no tenía pensado acostarme contigo, al menos no hoy...

Es evidente que es una frase idiota, a veces las mujeres pensamos que tenemos que justificarnos por esas cosas, cuando no hemos hecho nada malo.

Y bueno, tal vez él te creyó, pero yo, de mujer a mujer, quiero dedicarte los siguientes versos:

No te hagas la digna, señorita
porque si no hubieses querido nada
no habrías venido a la cita
TOTALMENTE DEPILADA!


Un beso a todas las mujeres, y en segundo lugar, a los hombres.
DISFRUTEN!!

7 comentarios:

  1. jajajajaja cuánta razón!!!!!!!!! De verdad es que leo cada una de las líneas y vamos 100% verdad verdadera!!!!!!!

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  2. Jejeje si que levas razón, anda que no sabemos nosotras a la perfección lo que queremos y como planteamos lo que va a suceder, pero para serte sincera a mi esto nunca me ha pasado o soy miope o muy fea jajajaja
    Un besote cielo

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  3. Ay madre, cómo me río contigo!! Lo de las poesías ha sido total...
    En mi primera cita con mi chico pensé muchas de las cosas que tu relatas... sobre todo el pensamiento de "no vayas, qué coño haces tu ahí??". Menos mal que fui, porque ya han pasado tres años desde entonces...
    Besitos!!

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  4. Me matas, de verdad. Es que me encantas, y con los finales siempre me haces soltar la carcajada :)

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  5. jajajaj muerta me dejas! todita toda la razón! un besazo!

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  6. jajajajajajaja no me puedo reír más...cuántas de nosotras se habrá visto identificada con esto?? Todas!! :P

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  7. Jajaja me he partido de risa con el final!! He aterrizado en tu blog por casualidad y creo q voy a leerlo entero! Me encantan tus reflexiones sobre los franceses, yo llevo en París ya varios años y lo del pintor y la tía de la cara amable es...como decirlo....monnaie courante! Jajaj me estoy riendo aquí yo sola con la nota del pintor! Un abrazo!

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