Me cogiste con lo puesto


Me cogiste con lo puesto.

Con los pelos alborotados, 
con las uñas sin pintar, 
con las cejas pobladas 
y con las piernas depiladas hasta la mitad.

Sin pendientes, sin pulseras, y con algún que otro agujero en los calcetines.

Pero la culpa es tuya por venir así, tan de sopetón.

Me cogiste con la irresponsabilidad puesta y sin el sujetador.

Con algo de dinero en la cartera y las gafas de sol enganchadas en la camiseta.

Con un pintalabios en el bolsillo derecho y un papel de mocos en el izquierdo.

Y con este panorama bajé corriendo la escalera.

Y olvidé encima de la mesa de noche todos mis miedos y mis dudas.

Y me subí a tu coche y te pedí que arrancaras lo antes posible, temía que a mi madre se le ocurriera asomarse a la ventana para tirarme el sentido común que me había dejado en el último cajón del ropero.

Y mientras conducías pensé que quizás alguna de las cosas que olvidé me harían falta en el futuro. La sensatez, la cordura, una maleta pequeña que cupiese en los compartimentos en Ryanair...




...Pero me tranquilicé pensando que al menos llevaba puestas las bragas de encaje.



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