Esto es un adiós



Claro que me acuerdo de la primera vez que te miré a los ojos, de la primera vez que comimos juntos... de la primera vez que me duché en tu baño, que dormí en tu cama... me gusta recordar las primeras veces.

No fue casualidad que yo acabara en tus brazos, tal vez a ti te pilló por sorpresa, pero te aseguro que este maravilloso tropiezo estaba en mis planes. Recuerdo cómo mi sentido común me gritaba que no me acercase a ti, pero yo no le hice ningún caso... mi sentido común tiene la costumbre de no decir más que tonterías.

Te expliqué que no me gustaban las cosas a medias, que no me gustaba sentarme en mi cama cada noche preguntándome quién estaba dando más en todo esto: si tú o yo. Te dije que me quedaría aquí con la condición de que me lo dieras todo y tú lo hiciste.

Y juntos bailamos, bebí de tu mismo vaso, nos dedicamos besos, sonrisas a medias y también completas. Lo hicimos todo, todo lo normal y absurdo que forma parte de la vida y que gana encanto cuando lo haces con quien quieres hacerlo. Nos lo dimos todo y no nos dejamos nada en el tintero. Y aunque no siempre nos comprendimos, durante unos meses no quise estar en otro lugar que no fuese a tu lado.

Me encadenaste a ti, a tu modo de vida y yo no tuve inconveniente. Me ataste de forma dulce, de un modo firme pero que no asfixiaba. Lo hiciste lo suficientemente fuerte como para hacerme sentir segura, y lo suficientemente suave como para dejarme marchar... y hoy me dispongo a deshacer este lazo.

Tú no estás sorprendido y yo tampoco, este es el momento exacto y debo irme. No sé muy bien porqué pero los dos lo sabemos.

Y cuando pase el tiempo y mi memoria se vuelva cada vez más selectiva con las experiencias que he tenido la suerte de vivir, sé que mi mente reemplazará el recuerdo de las primeras veces por las últimas. La ultima vez que te miré a los ojos, la última vez que comimos juntos, la última vez que me duché en tu baño y que dormí en tu cama. Pero no te preocupes, no es un recuerdo triste, porque nunca se siente tanto como cuando se abandona la historia, después de todo lo vivido somos más conscientes del amor que sentimos, y ahora es cuando puedo darle la importancia que se merece. Ahora sé exactamente la importancia que tuvo. Mucha.

He empezado a alejarme y lo veo todo mucho más claro, con otra perspectiva. Me voy, mucho más feliz que destrozada, con el ego intacto y las ganas de más. 

Y si te miro de reojo puedo ver que ya tienes los brazos abiertos para recibir a otra persona. No estoy segura de si eso me duele... pero creo que no, al fin y al cabo hace ya varios días que mis zapatos están más que dispuestos a caminar en otra dirección.

Si un día nos alejamos tanto y, a causa de la forma ovoide de la tierra, nos volvemos a cruzar, quizás te encuentre feliz compartiendo tu ruta con alguien... y te aviso de que si esto ocurre, no podré evitar mirarte directamente a los ojos, y tal vez, al ver a tu acompañante, mi corazón sienta una pequeña envidia, una envidia minúscula, pero tranquilo, pues este sentimiento no durará más de dos segundos, lo suficiente como para que mi cerebro envíe la señal correcta y le haga saber a mi corazón que, en realidad, ni ese es mi sitio ni esa quiero ser yo

Pasaré a tu lado, te picaré el ojo y seguiré mi camino totalmente convencida de que me llevo un poco de ti y... ¿sabes? ni siquiera tú puedes evitarlo.



Adiós Fécamp y gracias por todo

4 comentarios:

  1. Me quedo sin palabras!

    ResponderEliminar
  2. Es una entrada triste, pero yo me quedo con la parte alegre... ojalá todos los adioses del mundo pudieran darse con la serenidad y la positividad con el que tu lo das.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  3. Encuentros y desencuentros, así es. "Ya verás" - Funambulista http://youtu.be/JblTGP4gBZQ

    ResponderEliminar
  4. Toda etapa se cierra, pero seguro que viene una igual de buena al menos! un beso! y ánimo!

    ResponderEliminar

Vistas de página en total