Bebé en camino. Parte 2


Ya conocemos el sexo del bollo que estoy horneando: es una churumbela!

Cuando se lo dije a mi novio, él me respondió:
-Luego habrá que ir a por el niño

Pero no lo maté, don't worry, me hace falta su presencia al menos 50 años más.

La Churumbela no ha pisado tierra firme pero ya me ha dado algún disgusto. Resulta que se ha dedicado a hacer twerking con tanta emoción que ha dejado caer EN VARIAS OCASIONES alguna gota de sangre que me ha hecho ir cagandoleches a urgencias, sufriendo una insuficiencia cardiaca que sólo se me quita cuando me hacen una ecografía y puedo comprobar que ella está más feliz que Ricardito, y que sólo le falta decir: ponme un mojito de mango, mami.

Yo te lo cuento aquí con humor pero esto me ha restado 20 años de vida mínimo.

Y ella no se ha dado cuenta de que eso de acortarme la vida a disgustos no es una buena idea, porque ahora más que nunca, quiero poder vivir muchos años para poder decir cosas como:

En mi casa mando yo.
Las golosinas saben a caca.
Deja de hacer Tik Toks que no te voy a comprar un móvil hasta los 35.

Y hacer cosas como:
Lanzar cholas voladoras (espero que la maternidad agudice mi puntería).
Encontrar las cosas que ella pierde (espero que este superpoder también me sea concedido).
Esperarla detrás de la puerta cuando se retrase demasiado, balanceándome en una mecedora con la luz apagada mientras acaricio a mi gato. Que no tengo gato ni mecedora, pero eso es lo de menos.

Así que debido a la situación ocasionada por sus bailes desenfrenados en mi útero, tengo una baja médica, PRECISAMENTE AHORA. Ahora que me había metido en un nuevo proyecto profesional. Ahora que veía a mi yo del futuro yendo a trabajar con una barriga maravillosa y el rostro reluciente. Pero la realidad es que me quedo en casa con una cara que, más que parecerse a la de una mujer exitosa, se asemeja bastante al culo de un babuino.

Tampoco puedo hacer deporte, ni caminar demasiado, así que ya no me puedo dar mis duchas terapéuticas mientras bailo las canciones de Nathy Peluso. Mi novio me amenaza con ponerme música clásica si muevo mucho los hombros.

Toda esta situación ha sido algo estresante para mí. Me paso las noches teniendo unas pesadillas que ríete tú de las novelas de Stephen King. Y a todo esto se le suma que a mi querida hija, de vez en cuando, le da por subir por mi espina dorsal hasta mi cerebro, con el único objetivo de darme patadas en la frente y generarme unos dolores de cabeza que me hacen desear ir con un gotero de paracetamol en vena a todos lados.

Pero parece ser que esto es de familia. Mi madre me aseguró que cuando estaba embarazada de mí, estuvo 5 meses con dolores de cabeza.

¡¡CINCO MESES!! ¿Y ME LO DICES AHORA? ¿33 AÑOS DESPUÉS?
Yo te lo digo ya, Churumbela, que si me lo callo se me acumula en la garganta y a ver si luego me va a salir papada.

Pero eso no es todo, durante el mes de enero pillé el Covid. Y todos aquellos que dicen "pues yo tuve un poquito de mocos y listo" que se vayan a tomar por saco. 
A raíz de eso me recetaron 14 inyecciones de heparina. Y claro, aquí todos estamos embarazados, hasta que hay que pincharse. Entonces la embarazada soy yo.

Así que mi 2022 se ha basado en insuficiencias cardiacas causadas por los bailes de mi hija, Covid-19, pinchazos de heparina en la barriga y dolores de cabeza.

Y el otro día se me ocurrió decir en casa de mis padres:

- A ver si POR LO MENOS la chiquilla me sale buena...

A lo que mi padre contestó:

-Y si no te sale buena, TE JODES.

Sinceridad ante todo.



Pero luego vuelvo a verte el hociquillo en una eco y se me quita to'.
Te esperamos💚












1 comentario:

  1. La última frase me ha matado xD buena entrada Maripi, es como Mira quien habla a lo canario. Besitos!!

    ResponderEliminar

Vistas de página en total