Bebé en camino. Parte 3




Todos los cruasanes del mundo quieren que yo me los coma, sobre todo los de pistacho.

Explícame tú cómo le digo yo que no a un cruasán si no sé ni hablar su idioma. Al menos, cuando me los como, le envío mensajes telepáticos a la churumbela para que empiece a moverse, que yo sola no puedo perder todas esas calorías. Ahora somos un equipo, baby.


Por fin, y después de mis meses de inactividad, me han dejado hacer algo de deporte. Voy dos días a la semana con mi entrenadora y hago ejercicios de octogenaria mientras ella me asegura que soy una diosa y que me voy a recuperar super bien después del parto. Seguro que me lo dice porque le pago (y mucho), pero poco me importa porque me gusta escucharlo.


También voy dos días a piscina, y esto me ha venido muy bien para mi salud mental, primero, porque el aquagym relaja, y segundo, porque en el vestuario puedo verles las tetas a la señoras.


A ver, me explico;


Cuando estás embarazada, siempre se te acerca alguien para hablarte de sus hijos o nietos. Las señoras hablan conmigo, me cuentan que tienen tres hijos, y luego cuando nos vamos a duchar, yo les miro las tetas para comprobar cómo se les han quedado después de sus repetidas fecundaciones. Y la verdad es que hay gente que está muy bien, así que a veces me vengo hasta tranquila para casa. 


Les aseguro que alguna terapia psicológica me he ahorrado con esta práctica.


Quizás ustedes piensen que estoy siendo un poco exagerada, pero es que cuando estás embarazada todo se centra, por un lado, en lo imperfecta que puedes ser en este preciso momento:

 

¿Funciona bien tu placenta?

¿Y tus arterias?

¿Tus leucocitos tienen armas de destrucción masiva o se defienden lanzando bolas de clínex babeadas con un boli Bic vacío?


Y por otro, en lo imperfecta que puedes quedarte después de traer tu óvulo fecundado al mundo. Y es que aunque nadie te diga abiertamente que no te vas a quedar bien, el 95% de las mujeres que han tenido hijos han mantenido la siguiente conversación conmigo:


-¿Te estás echando crema?
-Sí
-Ponte también en los pechos
-Sí, sí
-Bueno, y en los muslos
-Ah, vale
-Sobre todo por la parte interior
-Vale, vale
-Y en las nalguitas también
-...Vale...
-Y en las lumbares, que esa zona se estropea también
-...
-Ah, y en los costados, que la piel de ahí se estira mucho.

¿Me explica alguien qué porcentaje del cuerpo se me va a quedar bien?

Yo por el momento, estoy notando una creciente acumulación de celulitis en las piernas (los cruasanes no tienen nada que ver), pero me gusta pensar que son depósitos de grasa destinados a la leche entera que voy a fabricar próximamente, así que digo yo que esos depósitos se van a vaciar en cuanto empiece mi producción, ¿no? 
(Si eres madre POR FAVOR no contestes a esta pregunta).

Aunque haya empezado a hacer deporte, tengo que confesar que sigo con muy poca energía.
Hay días en los que estoy estupendamente, pero hay otros en los que se me baja la tensión y mi único plan viable es tirarme en el sillón como una ballena varada mientras el polvo y la ropa sucia me miran desafiantes.

Menos mal que el padre me hace la vida más fácil. Y aunque había pensado en hacerle una estatua de bronce para agradecérselo, creo que con la que le estoy fabricando de carne y hueso le valdrá.

A todo esto se le suma que un maravilloso resfriado me ha visitado estas últimas dos semanas. Como no puedo tomar medicación, he tenido que chutarme a infusiones de jengibre, tomillo y miel, y he acabado (literalmente) con TRES bolsas de caramelos sin azúcar para suavizar la garganta.
Y es que aunque una simple tos no parezca un problema, les aseguro que cuando estás embarazada, la tos es la encargada de poner en duda tu confianza y tu suelo pélvico.

Así que cuando tengo un ataque desenfrenado de catarro, debo concentrarme en contraer para que no se me escape ni una gota de pis, ni la niña, ni la dignidad en forma de gas indeseable. 

(Borraré esta información cuando pueda volver a ser sexualmente atractiva)

Al menos, cuando vuelva a la matrona, podré decirle que subí de peso por culpa de la miel que he tenido que tomar para evitar toser, y no diré nadita sobre los cruasanes.

Y a ti, querida hija, te digo que no te preocupes, que aunque a tu madre se le quede el culo muy caído, ella va seguir haciendo twerking incluso con más ganas (Siempre y cuando las secuelas en su suelo pélvico se hayan solucionado).

Venga usted con salud, que aquí el amor le va a sobrar.

Te esperamos💖

1 comentario:

  1. Maravillosas palabras mi niña. Yo también la estoy esperando ver. Nos vemos pronto familia!!

    ResponderEliminar

Vistas de página en total