Por si se acaba el mundo

Beca inesperada empuja a isleña sin conocimiento avanzado de idiomas al norte de Francia.

Durante mi último año de carrera decidí que al terminar quería irme a Inglaterra y aprender en 6 meses todo el inglés que no he aprendido en 12 años (claro que no porque yo sea gilipollas, sino porque he tenido profesores malos, o eso quiero pensar).  Estaba totalmente decidida. Ya me veía caminando por Londres pensando en inglés y diciéndole a todo el mundo “Yes, yes, I live in Gran Canara, but I love London…” o llegar a Gran Canaria y decir cosas como “Tengo muchísimas ganas de ir a… de ir a… a la beach… joder he olvidado cómo se dice en español”.

Pero, un contratiempo me aparta de mi querido Londres. Una beca inesperada me destina a Francia.

-¿Y a dónde dices que te vas?

-A Francia

-¡Ah! ¿Y qué harás allí?

-Daré clases de español

-¿Y sabes francés?

-No

Muchos pensaban que mentía con respecto al idioma y que realmente sí que sabía francés. Los que verdaderamente me creyeron aseguraban que estaba loca por haber aceptado. Y los que no tienen ni puta idea dijeron que el francés era muy fácil, incluso más que el inglés (las personas de este último grupo no hablaban ni francés, ni inglés, por supuesto)

La mayor parte de la gente pensó (sobre todo aquellos comprendidos entre los 18 y 30 años, y en especial Jose) que viajaba a Francia para pillar cacho. Los que me conocen poco pensaron que tal vez alguien me había roto el corazón y necesitaba unos labios extranjeros para superar el mal trago. Los que me conocen bien están seguros de que me voy a pasar seis meses, como mínimo, a palo seco. Estos últimos, antes de irme, aseguraron que de todas formas debería llevarme una caja de preservativos, por si acaso. Yo siempre he pensado que comprar preservativos cuando una está soltera es ser demasiado positiva. (El poco erotismo que puedo llegar a provocar cae en picado cuando digo dos frases seguidas con los verbos mal conjugados)

Y entonces siempre alguien decía la frase de ánimo: "Maripi, con lo independiente y responsable que tú eres seguro que te adaptas enseguida" Evidentemente las personas que utilizaban esos dos adjetivos y mi nombre en la misma frase no me conocían de nada. 

Unos días antes de irme, me vino a la mente una situación vivida en cuarto de primaria, cuando a mi profesora le dieron la baja por maternidad y vino una sustituta. Lo cierto es que no recuerdo si la chica era simpática o no, lo único que sé es que todos acabamos golpeando el pupitre diciendo ¡QUE VUELVA SOLEDAD! ¡ABAJO TOÑI! Y lo gritaba hasta yo, que era un angelito. (Cabe destacar que este tipo de cosas las hice antes de saber que el destino iba a dar mil vueltas y que yo iba a terminar dándole clases a niñitos inofensivos de 19 años. Niñitos inofensivos que, por muy puritanos que sean, ya llevan al menos dos años sin cargar el lastre de la virginidad)

Y ahora, estoy aquí, viviendo esta gran experiencia... y al mundo le da por acabarse esta semana!

Y por si se acaba, quiero que quede constancia de que, aunque las cosas pueden cambiar de un día para otro y todo lo que hoy parece increíble mañana se puede derrumbar, por ahora estoy agradecida por todo esto que estoy viviendo.

Pues eso, Mundo, merci beaucoup!