Te invito a un paseo.



Te invito a un paseo.  En la salón hay una tele y un sillón para ver cómodamente cualquier canal. Disculpa mi falta de películas en DVDs, no me acordé de ir a alquilar ninguna, y verás, ahora me parece absurdo salir de aquí y sufrir, por unos minutos, una separación indeseada.

Esta es la cocina, como ves tiene fregadero y nevera, como cualquier otra. En la despensa tengo algo para picar, puedes coger lo que quieras, sin miedo, las galletas de coco hace tiempo que ya no las compro, así que no hay peligro.

Te dejo que pongas tu cepillo de dientes en el baño por algunas horas y si no has traído pasta de dientes no te preocupes, tengo Fluocaril. Ah! El baño está al fondo a la derecha, como no.

Aquí está mi ordenador, puedes utilizarlo. Siento que no esté encendido pero es que como estás aquí no me hace falta buscarte en la red.
Y no te enseño mi habitación porque quiero que esta no sea tu única visita...



Ya sé que no es un paseo por el parque, ni por la playa, ni por ningún lugar realmente espectacular, pero sinceramente me gustaría que te sentaras aquí y nos dijéramos todo eso que aún no nos hemos dicho. Es ahora o nunca.


Fin del paseo. La puerta está abierta por si quieres huir.
Eso sí, si te quedas, méteme mano.


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