Las segundas partes nunca fueron buenas



Cuando somos pequeños nos encanta lo nuevo. Ir a un nuevo colegio. Hacer nuevos amigos. Pasar a un nuevo curso. 
Lo nuevo nos apasiona tanto que incluso somos capaces de echarle un vistazo al libro de matemáticas, esa asignatura que tanto odiamos, antes de empezar las clases.
En cambio cuando pasamos de cierta edad, la cosa cambia. Nos asusta ir a la Universidad. Encajar con gente nueva se nos hace dificil. Nos limitamos a hacer la primera lectura de los libros una semana antes del examen. Y en el amor también encontramos diferencias.

SEAMOS SINCEROS resulta tremendamente pesado enamorarse por segunda vez. Con lo fácil que es regalar algo bonito para el cumpleaños de tu pareja, esa que tanto conoces, a la que sabes a dónde invitar, aquella que sabes cómo reaccionará cuando le digas que rozaste su coche sin querer, esa que sabe dónde esta tu punto G...
Pero luego pasa lo que pasa, comemos muchas galletas de coco, y ya sabes...

Y entonces es cuando SE SUPONE que debemos estar preparados para algo nuevo. Nuevas parejas SIN LIBROS DE INSTRUCCIONES (¿será celoso? ¿coqueteará demasiado con las chicas cuando sale? ¿si como mucho delante de él pensará que soy vaca burra? ¿su ex tenía las tetas más grandes que las mías? ¿tendré que enseñarle lo que es el clítoris? ¿ESO QUE ACABO DE ESCUCHAR FUE UN PEO?). Por eso es tan fácil continuar con la costumbre, buscar segundas partes y volver con ese novio que se "tomó un tiempo", o incluso, alargar la relación hasta que acaba por quebrarse brúscamente. Amigos, el gandulismo es la causa de las segundas partes y de la prolongación indevida de las primeras. Somos así. Estar con la misma persona nos da la seguridad de no fallar con los regalos de Navidad.

PERO descubrir cosas nuevas, aunque implica ESFUERZO, también es apasionante ...Además, ante la duda sobre qué regalar para las fiestas Navideñas a ese nuevo novio siempre puedes obserquiar con un "cheque regalo". Ideal para las primeras partes, que esas
SÍ QUE SON BUENAS!

Cari, no metas el dedo ahí que eso no me gusta... (¡¡¡MIERDA!!!, ¿le metía el dedo ahí a su ex?)

El amor y las galletas



Me encantaban las galletas de coco. 
Unas que mi madre compró una vez por probar y estaban riquísimas. Pero un día comí y comí.... hasta terminarme la caja, a partir de ese día no pude ni siquiera oler las dichosas galletas de coco.

¿Que porqué cuento esto? Porque esto, señores, este hecho tan simple es la base de las relaciones humanas.

Come muchas galletas de coco, y no podrás olerlas más.
Pasa las 24 horas del día con tu pareja, los 365 días del año, y te aseguro que no querrás ni oír su nombre. Y ahora piensas que estoy equivocada, tú eres un romántico y te gustaría pasar 25 horas al día con tu novia, como Juan Luis Guerra. Pues olvídalo, no te sobrevalores, no es cierto.
Sé un buen amigo y ayuda a tu gran mejor amigo en todo. Cuando digo en todo es TODO desde lágrimas por amores imposibles, hasta mundanzas y cambios de compañía de móvil. Te aseguro que en breve tampoco querrás oír su nombre. A no ser, por supuesto, que tu amigo te dé algo a cambio (y no hablo de sexo, que también).
Métete en casa todo el día y te cansarás de la familia. Da igual lo familiar que seas y lo buena que sea tu madre, que no lo dudo. Te cansarás.

Así que amigos, la inteligencia está en saber cuándo uno debe parar de comer galletas de coco. Que luego hacemos daño a nuestra propia barriga, o peor... hacemos daño a las galletas de coco, que las pobres no tienen culpa de que nos hartemos de ellas. Ha sido simplemente nuestra poca inteligencia la que ha deparado esa intolerancia a tal fruta tropical.

Hay alguien que siempre se alegra



Te pase lo que te pase, hay algo que es seguro: ALGUIEN SE ALEGRARÁ. Y no hablo de que se alegren porque ya seas diplomado, licenciado, e incluso por que tengas un master. Ni hablo de esa gran virtud que tienes y que tanto te caracteriza. Tampoco hablo de que se alegren por esos cien euros que te sacaste en la lotería. Ni por esos kilos que has conseguido subir o bajar.

Alguien se alegrará por LO MALO que te pase, y no hablo de cinismo. Hablo de que la pareja que te dejó se quedó CONTENTÍSIMA por poder besar a otras personas.Y esas otras personas se sienten AFORTUNADAS de ser besadas. Y ese amigo al que tienes enamorado te consolaba mientras SONREÍA POR DENTRO. Y cuando te rompiste el brazo, el enfermero se alegró de poder ejercer su trabajo y su ego aumentó cuando se te curó. Al mecánico le encantó que tuvieras que gastarte dos mil euros en la reparación de tu coche.  Ah! y a las fábricas de pañuelos para los mocos LES ENCANTA QUE LLORES, o que cojas la gripe. E incluso te digo, cuando mueras, alguien estará feliz por recibir tu riñón, siempre y cuando no lo tengas afectado, claro

Así que simplemente... ACEPTÉMOSLO

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